Como todos los años se ha realizado el CADE (Conferencia Anual de Ejecutivos), realiazada por IPAE, esta vez en un lugar bastante distinto e inusual a los anteriores, pero no por ello, interesante en su ambiente y cultura, me refiero al Valle Sagrado de los Incas. Esta conferencia representa una invitación a un proceso de reflexión nacional que fomente la unión de voluntades y articule esfuerzos constructivos en beneficio del desarrollo del Perú.

Lo más resaltante del CADE ha sido, sin duda, la –casi- homogeneidad de los asistentes y exponentes sobre la visión de nuestro país y la estrategía de desarrollo para el Perú, estando que la reunión afirmó un modelo de desarrollo que podríamos centrarla en cuatro puntos importantes.

En primer lugar, la necesidad de mantener el rumbo económico basado en estabilidad macroeconómica, responsabilidad fiscal y monetaria y apertura comercial. El crecimiento, en la opinión de los expositores, debiera ser más “inclusivo”, con lo cual adelantan una postura redistributiva por parte del Estado; no obstante, fue mayoritario el apoyo a las medidas de corte social; considero que este punto, es necesario y basico en un pais pobre y aùn en vías de desarrollo como el Peru, no obstante eso, es bueno “enseñar a pescar” antes que “darle el pescado” a los mas necesitados.

Como segundo punto, están las mejoras en la competitividad y la productividad local, con lo cual resaltaron la necesidad de reformas en aspectos microeconómicos –regulaciones, permisos, costos y otros.

En tercer lugar, la necesidad de luchar frontalmente contra la corrupción, la delincuencia común y el narcotráfico. La inseguridad puede socavar el modelo, perjudicando a millones de peruanos aún viviendo en zonas de pobreza. Este punto va de la mano con la necesidad de mejorar nuestra calidad institucional en formas de trabajo y desempeño de los organos que administran justician, pues aún somos bastante subdesarrollados a la ahora de resolver un conflicto juridico.

Finalmente, la importancia de la innovación y el reclamo por mayores flujos de inversión en investigación y desarrollo (R&D).

Urubamba debiera servir, entonces, como fulcro -punto de apoyo- para consolidar el actual modelo y emprender las reformas pendientes que nos permitan terminar de cruzar el puente de los “en vías de desarrollo”. Al final el modelo de libre mercado està funcionando y esto no se debería de detener.